El sol, la contaminación, la alimentación diaria y el maquillaje, son algunos de los factores que afectan directamente nuestra piel.
La piel es el órgano más grande y extenso que tenemos. Algunas personas cuidan de ella, otras tan solo lo hacen en ciertas partes del cuerpo, como la cara, otras no le dan la importancia del cuidado que necesita.
No es solo cuestión de estética, es salud y bienestar. Lucir una piel sana, luminosa, es una buena señal que todo está bien contigo. No es necesario acudir a rutinas complicadas ni a productos costosos.
A continuación, te compartimos 10 hábitos diarios para que luzcas una piel radiante todos los días.
La limpieza de tu piel, diariamente, es fundamental, para que elimines excesos de grasa, sudor acumulado, maquillaje, polvo, contaminación, entre otros. Es muy importante que uses limpiadores y/o jabones que no alteren tu pH natural.
La hidratación en tu piel es fundamental para generar una barrera protectora que prevenga la resequedad. No importa si eres de piel grasa, mixta o seca, todas las pieles necesitan hidratación. Lo ideal es que esa hidratación la realices con productos que se específicos para tu tipo de piel. Además, recuerda que la mejor hidratación siempre la tendrás al tomar la cantidad de agua diaria que tu cuerpo necesita.
El 80% de los casos de envejecimiento prematuro se da en pieles que no son cuidadas de los rayos solares. Recuerda que incluso en días nublados o días donde no salgas de casa, es importante aplicarte protector solar, que cuide tu piel de los rayos UV que dañan las células, provocan manchas y hace que se pierda la elasticidad.
La mejor hidratación siempre la tendrás bebiendo la cantidad de agua que tu cuerpo necesita diariamente. Lo regular está entre 1,5 y 2 litros de agua al día para mantener una piel más elástica, luminosa y saludable.
El descanso es fundamental para que todo tu cuerpo se recupere. Además, cada vez que duermes, tu piel se regenera poco a poco. La falta de descanso es muy visible, sobre todo en las molestas ojeras, pero también en la piel opaca e incluso en los brotes de acné que puedas sufrir por todo el cuerpo.
Tu piel y todo tu cuerpo refleja lo que comes. Una dieta rica en frutas, verduras y grasas saludables, te dará como resultado una piel fuerte y luminosa. Evita siempre consumir productos ultraprocesados, esto favorecerá la inflamación y los brotes.
Las manos son receptoras constantes de suciedad y bacterias. Cada cosa que tocamos durante el día, deja en nosotros impurezas. Por eso la importancia de no estar tocando nuestra cara a cada rato, para no transferir esa suciedad. Además, recuerda el lavado de manos constante, mínimo cada dos horas.
La exfoliación cobra su importancia, al ser la única que te permite eliminar las células muertas que están tu piel y a estimular la regeneración de nuevas células. Cada vez que exfolias tu piel, esta queda más suave y luminosa. Lo ideal es realizarla con productos que no irriten tu piel o la maltraten.
Un estrés crónico puede desencadenar el problemas cutáneos como acné, dermatitis o psoriasis. Además, de los demás daños que pueden ocasionar a todo tu cuerpo, a tu salud física y mental. Opta por practicar actividades que te relaje, que te permitan salir de la rutina y despejar tu mente.
Recuerda, no existe un producto milagroso que te brinde una piel radiante cada día, todo depende de tu estilo de vida y la constancia en el cuidado de este órgano tan importante. Adopta una rutina de acuerdo a las necesidades de tu piel.