

Iniciar tus días con energía, no es solamente cuestión de dormir muy bien o de tomarte una buena taza de café, es el resultado de hábitos saludables conscientes que preparan tu mente y tu cuerpo para rendir al 100%, durante la nueva jornada que vas a emprender.
¿Sabías que las primeras horas del día tienen un poder especial? Y es justamente porque marcarán el resto de tu día. Por esta razón, establecer una rutina matutina saludable, tanto para tu mente como para tu cuerpo, marcará la diferencia entre un día productivo o no.
Es importante que cada mañana despiertes de manera consciente. Es decir, sin caos, sin estrés, sin ansiedad. Para ello, necesitas implementar una serie de hábitos que te ayudarán a iniciar tu día sin prisa, concentrado en tus objetivos y en ti mismo.
Como principal recomendación está el evitar mirar el teléfono celular durante los primeros 30 minutos del día, es un mal hábito que debes erradicar por completo. No cargues tu mente con notificaciones, mejor enfócate en ti mismo.
Además, es importante que uses una alarma muy suave o con luz progresiva, esto te permitirá despertar de una manera más natural y no tan abrupta.
Respira profundamente al despertar, por lo menos tres veces seguidas. Este poderoso hábito te permitirá activar tu sistema nervioso.
Finalmente ten siempre en mente que cada mañana es una oportunidad diferente y nueva, para emprender eso que tanto anhelas.

Es importante que aprendas a despertar tu cuerpo, pues recuerda que durante el sueño, el metabolismo y la circulación se ralentizan. Por esta razón, un poco de actividad física matutina te ayudará a activar esa energía que recargaste durante toda la noche.
Realiza estiramientos suaves, entre unos 5 a 10 minutos. Esto te permitirá mejorar la flexibilidad y reducir la rigidez muscular. Si te es posible, realiza una caminata o da pequeños saltos, ligeros, esto te permitirá aumentar la circulación y liberar endorfinas.
Unos minutos de movimiento al despertar, marcarán la diferencia.
Nunca te olvides del cuidado de tu salud mental, es tan importante como tu salud física. Si tu mente está tranquila y enfocada, podrá transformar la manera en como enfrenta cada desafío del día a día.
Meditar cada mañana te permitirá reducir el estrés, mejorar la concentración y cultivar una actitud más positiva. Basta con hacerlo al menos durante cinco minutos, con una respiración consciente y observando cada pensamiento que está en tu mente, sin juzgar.
También puedes optar por escribir un diario matutino. Agradecer al menos por tres cosas que tienes en tu vida, establecer una meta o intención diaria y realizar afirmaciones positivas.

No existirá mejor manera para iniciar tu día que con alimentos que te nutran e incluso, recibir un poco de luz solar.
Recuerda incluir siempre en tus desayunos, una fuente de proteínas, carbohidratos complejos y grasas saludables. Nunca agregues a tu plato azúcares refinados, que pueden darte un pico rápido de energía seguido de un bajón.
Tampoco te olvides de recibir la luz solar, esos primeros rayos del sol, que además de proporcionarte vitamina D, te ayudará a mejorar tu estado de ánimo.
Planificar tus prioridades marcará la diferencia. Evita la improvisación, la sensación de caos y permítete enfocarte en lo realmente importante para ti, no en lo urgente.
Para esto tan solo necesitarás escribir las tareas claves de tu día, revisar tu agenda o compromisos y visualizar tu día, organizar cada acción que vayas a realizar, con tiempos establecidos, para que no te tome nada por sorpresa.
No tomes las primeras horas del día con afán o ansiedad, pues muy probablemente esa sea la sensación que tengas durante toda la jornada.