El sexo es un componente esencial para las relaciones en pareja. Adicional al placer físico que se pueda sentir, permite una conexión emocional que fortalece el vínculo.
Sin embargo, la manera en cómo desarrolles tu sexualidad depende que tu relación de pareja se fortalezca o debilite. La calidad de la comunicación, la frecuencia de tus encuentros sexuales y las expectativas individuales son esenciales para este factor.
La intimidad física genera en tu cuerpo la liberación de oxitocina, conocida también como «la hormona del amor», que permitirá crear esa cercanía y confianza hacia aquella persona con la que tienes tus encuentros sexuales. Esta cercanía permite consolidar tu relación en pareja..
Tener una vida sexual activa y satisfactoria permitirá que la relación con esa otra persona fluya, sea más estable, pero sobre todo, cada vez sea más cómodo compartir sus temas personales, crear esa confianza en el otro que permitirá contarle tus cosas más íntimas. Varios estudios que se han realizado a nivel mundial dan a conocer que, aquellas parejas que tienen relaciones sexuales más placenteras y con mayor frecuencia, experimentan niveles de felicidad altos, lo que repercute en un espacio más seguro para compartir, explorar y disfrutar mutuamente.
La base de toda comunicación siempre será el diálogo y en la intimidad no es la excepción. Por eso, para tener una vida sexual sana, debes estar dispuesto a expresar lo que te gusta o no, pero también a escuchar a esa otra persona y buscar siempre que el otro esté cómodo. Si tu pareja siente que la escuchas y buscas su felicidad sexual, tu relación cada vez se fortalecerá más. Recuerda que en un encuentro sexual el placer debe ser mutuo.
Discutir en buena manera tus fantasías sexuales, permitir que esa otra persona también viva sus propias fantasías, fortalecerá tu relación como pareja. En tu vida sexual siempre debes estar dispuesto al cambio, evitar la monotonía, intentar cosas nuevas o incluso recordar aquellas que en inicio hacían y eran felices. Esto te permitirá bajar los niveles de estrés en tu relación y los fortalecerá a enfrentar los desafíos que trae consigo el día a día.
Muchos factores en la vida sexual pueden debilitar tu relación de pareja. Sin embargo, a continuación te brindamos algunos ejemplos para que los tengas presentes y así evites que el sexo termine por deteriorar tu relación.
1. Pasar días o semanas sin un encuentro sexual con tu pareja: El sexo es una necesidad de todo ser humano. Cuando se convive en pareja, se busca (entre otras cosas) poder satisfacer esa necesidad con el ser que tú amas. El trabajo, el día a día, el estrés de tus compromisos, en ocasiones terminan por alejarte de tu vida sexual, apagando poco a poco la chispa con tu pareja.
2. Tener encuentros donde no quedes satisfecho: La relación sexual es algo de dos y ambos deben quedar satisfechos una vez terminado el acto. Si siempre uno es el que alcanza el clímax y el otro queda en el camino, esto debilitará poco a poco el vínculo con tu pareja. Por eso, siempre cada uno debe esforzarse por ayudar al otro a conseguir ese punto máximo de placer.
3. Tener relaciones sin consentimiento: Volvemos al punto anterior donde te explicamos que el sexo es algo de dos. Si sostienes relación sexual sin el consentimiento de la otra persona, convirtiendo tus encuentros en una obligación, terminarás por apagar poco a poco tu relación. Tu pareja, posiblemente, sentirá que la usas como un objeto sexual. Para cada encuentro, ambos deben estar en disposición de tener relaciones.
4. Autoestima: El no tener el cuerpo deseado puede llegar a debilitar tu relación como pareja y más si esa otra persona está constantemente resaltando tus debilidades: «estás muy gordo» o «tu cuerpo tiene estrías», entre otros comentarios, tarde que temprano terminará por afectar el autoestima de tu pareja y con el, tu relación en pareja. De ahí la importancia del respeto, ante todo, con aquella persona que tienes una vida sexual activa.
5. Evita la rutina: No permitas que tu relación caiga en la rutina sexual. Experimentar cosas nuevas, preguntarle a tu pareja qué quiere, cumplir sus fantasías sexuales, no tener tabúes entre ambos, fortalecerá tu relación. Si por el contrario, cada encuentro se limita a la penetración y posterior eyaculación, tarde o temprano esa relación llegará a su fin.