El deseo sexual, en relaciones largas, no debe disminuir. El día a día y los compromisos, pueden hacer que disminuya un poco ese deseo sexual hacia tu pareja. Sin embargo, si sabes manejar todo conscientemente, la chispa no se debe apagar. Incluso, puedes llegar a tener relaciones más satisfactorias.
Lo primero que debes entender es que el deseo sexual está ligado a tu estado físico y emocional. Recuerda que ya no tienes 20 años y has sufrido cambios hormonales. Además, la monotonía y la cotidianidad, puede llegar a afectar directamente tu libido.
En relaciones largas, lo novedoso se va perdiendo, poco a poco, hasta desaparecer. Y es justamente ahí, donde muchas personas dejan que la chispa se apague. Pero debes tener en cuenta que ya estás en un «terreno conocido» y ese conocimiento puede ser tu punto a favor para satisfacerse mutuamente.
Nunca compares el deseo y la vida sexual que tenías con tu pareja cuando comenzó la relación a la actualidad. Adicional a este, no ejerzas presión a la otra persona para que sienta deseo de estar contigo. El deseo es algo espontáneo, genuino. Recuerda además que la complicidad que tengas con tu pareja, influye mucho para que esa chispa nunca se apague.
Al pasar años con una misma pareja, puedes tener la confianza para hablar sobre lo que te gusta y lo que no. Expresarle al otro esos deseos que tienes, que quieres experimentar, la curiosidad que te da hacer o probar algo diferente, además de escuchar a la otra personas. Experimentar juntos, sin juicios.
El peor error que puede cometer una pareja es hacer siempre lo mismo. Convertir el encuentro sexual en un paso a paso, donde siempre se hace lo mismo. Sin redescubrirse, muchas veces solo por cumplir. Cosas tan sencillas como jugar con la intensidad de la luz, tener algo de música de fondo y hasta ropa interior especial, te ayudarán a romper la rutina.
Recuerda que lo que está a tu alrededor también influye para que la chisma sexual no se apague. Por eso la importancia de salir de la cotidianidad. Experimenta tener relaciones sexuales con tu pareja en otros lugares, bien sea de tu casa o fuera de ella. Crear experiencias juntos. La intimidad placentera es la base para que la relación florezca.
El sexo no puede convertirse en un compromiso que sí o sí debes cumplir. Cada persona pasa por momentos en su vida donde el deseo sexual no está presente y es importante que aprendas a comprender esos momentos.
Como bien lo decimos, son momentos, son etapas, algo pasajero. Sin embargo, si esto se convierte es prolongado, no dudes en buscar ayuda. Una terapia de pareja o con un especialista en sexología puede resultar muy útil.
Además, ten presente que cuando la presión desaparece, el deseo resurge de forma más natural.
No permitas que tu relación caiga en la monotonía, que el deseo sexual desaparezca. Ni la edad ni los años serán impedimentos para dejar de vivir la sexualidad.