Tomar el sol es una practica milenaria que le da múltiples beneficios a tu cuerpo. Sin embargo, no hacerlo de manera adecuada puede causar graves daños a tu piel.
Uno de los mejores planes que ponemos tener con nuestra familia o amigos es un día de sol, bien sea en la paya, en una piscina o un parque. Pero para hacerlo y evitar consecuencias negativas, es importante realizar prácticas correctas que te permitan poder absorber toda la vitalidad que ofrece este astro.
Para evitar posibles quemaduras en tu piel por los rayos UV o incluso algunas manchas, es importante que antes de iniciar esta jornada, te apliques muy bien protector solar por todo tu cuerpo, incluso en orejas, manos y pies.
Si por algún motivo no lograste hacerlo y ese día de sol terminó con graves quemaduras o molestias en tu piel, a continuación te damos algunos tips para tratar esas zonas afectadas.
Tomar un baño con agua fría le permitirá a tu piel recuperar su temperatura normal, dejando salir el calor producto de las prolongadas horas de exposición de sol.
Además, opta por usar jabones neutros y sin fragancias y evita usar esponjas ásperas que puedan irritar o maltratar más tu piel.
Una vez después del baño, hidrata muy bien toda tu piel. Recuerda que la exposición al sol puede provocar perdida de humedad en tu piel y por ende resequedad y daños en sus capas, por eso es importante que te apliques una crema o gel hidratante, preferiblemente a base de aloe vera y ácido hialurónico, esto le permitirá poco a poco a tu piel ir recuperando su hidratación natural.
Si tu piel presenta enrojecimiento, el aloe vera es ideal para cambiar esas molestias. Puedes aplicar algún producto que contenga este ingrediente o incluso hacerlo de manera directa a través de la planta.
También puede optar por aceites reparadores como el de coco, de caléndula o karité. O también puede inclinarte por productos que contengan estos aceites e incluso vitamina E que permita la pronta reparación de tu piel.
Es importante que durante la exposición al sol y después de la misma, bebas mucha agua, para evitar una deshidratación, no solo de tu piel sino de todo tu cuerpo. Mantenerse bien hidratado te ayudará a recuperarte de las lesiones que pudo haber ocasionado el sol en tu piel.
Después de un día de sol, evita durante los próximos días volver a realizar esta misma actividad, sobre todo si tu piel se vio afectada con inflamaciones o enrojecimientos a causa de los rayos UV. Si por algún motivo debes salir, asegúrate de usar protector solar y ropa que te proteja de estos rayos.
Si tu piel está maltratada, evita realizarte una exfoliación agresiva, por lo menos durante los siguientes 15 días, pues esto puede estropearla aún más y agravar la irritación o inflamación.
Si ves que tu piel resultó muy afectada después de estar expuesto al sol de manera prolongada, consulta con un especialista. Visita tu dermatólogo de confianza para que trate, con productos adecuados, las afectaciones que te pudo haber dejado los rayos UV.
Recuerda que la piel es el órgano más extenso que tiene el ser humano y por lo tanto es nuestra responsabilidad cuidarla muy bien.
Además ten presente, como lo dijimos al principio de este artículo, tomar el sol no está mal, pero debes aprender a hacerlo protegiendo siempre tu piel con el uso adecuado de protector solar.