

Hacer ejercicio no solo beneficia a nuestro cuerpo, mejorando su condición física y resistencia. Nuestra mente también recibe un impacto directo cada vez que realizas actividad física.
A continuación te damos a conocer algunos de los beneficios que recibe tu mente, cada vez que realizas actividad física.
El estrés es una de las principales molestias que padece la población actual en el mundo, a causa de los compromisos diarios, tanto en el trabajo, como en los estudios y en el hogar. Se vive constantemente en una carrera contrareloj que termina por provocar agotamiento físico y mental.
Por fortuna, cada vez que te ejercitas, tu cuerpo libera endorfinas, que son neutransmisores que funcionan como analgésicos naturales, brindándote así la sensación de bienestar y la reducción de los niveles de cortisol, hormona que produce el estrés.
Adicional a esa liberación de estrés que tienes, cada vez que haces ejercicio, tu estado de ánimo en general cambia, reduciendo en un gran porcentaje los riesgos de padecer ansiedad.
No necesitas estrictas rutinas en el gimnasio, basta con una caminata, correr, bailar e incluso practicar yoga o pilates, para desconectarte de tus obligaciones, ejercitar tu cuerpo y liberar todo el estrés que te está proporcionando molestias en tu cuerpo y mente.

Cada vez que te ejercitas, tu cuerpo tiene la sensación de calma y bienestar.
Cada vez que tomas la iniciativa propia de ejercitar tu cuerpo, este libera endorfinas y neutransmisores que crean un «subidón» emocional, que te permite contrarrestar pensamientos negativos.
Además, cada vez que te ejercitas, fomentas en ti la auto-eficiencia y mejoras la autoestima, dos factores esenciales en la prevención y tratamiento de la depresión. Cada vez que logras cumplir con una meta propuesta, como correr determinada distancia o completar una rutina de ejercicios, podrás sentir un aumento en tu confianza y un mayor sensación de control sobre tu vida.
Incluso tu memoria se beneficia cada vez que decides ejercitar tu cuerpo. ¿Por qué? Porque la actividad física estimula la neuroplasticidad, que es la capacidad que tiene tu cerebro de adaptarse y formar nuevas conexiones neuronales. Esto, con el paso de los días o semanas, se traducirá en una mejora de la función cognitiva, como la memoria, la concentración e incluso el aprendizaje. Además, reduces el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y el Parkinson.

Ejercicios de coordinación y concentración, como el baile o alguna práctica deportiva, estimula áreas del cerebro que son esenciales para la memoria y el pensamiento crítico. Esto ayuda a preservar la función cerebral a medida que envejecemos.
Tener un buen descanso es fundamental para nuestra salud física y mental. Cada vez que ejercitas tu cuerpo, lograrás tener un sueño más profundo y reparador, que le permitirá a tu cuerpo descansar y recargarse de energía. El ejercicio regula los ciclos de sueños, permitiéndote un mejor descanso nocturno.
Ejercitarte no solo te beneficiará físicamente, también mentalmente. A mediano y largo plazo verás cómo mejora tu calidad de vida.