El retinol, la vitamina C y los ácidos exfoliantes AHA/BHA, son productos que se necesitan para el uso diario en el cuidado de tu piel. Sin embargo, la pregunta está en ¿Cómo usarlos y combinar correctamente, sin irritar la piel?
Si sabes combinar correctamente estos activos, podrás lograr resultados visibles en tu rostro en corto tiempo. Sin embargo, si no sabes cómo hacerlo, posiblemente puedas provocar enrojecimiento, sequedad y hasta sensibilidad en tu piel.
Es una forma de vitamina A, conocido por su capacidad para acelerar la renovación celular, reducir las arrugas y mejorar la textura de la piel. Es uno de los productos más potentes en la rutina del skincare, pero también uno de los que requieren mayor cuidado, porque puede resultar potencialmente irritante, sobre todo en pieles sensibles o no acostumbradas a su uso.
La vitamina C es un potente antioxidante que te permite iluminar tu piel, mejorar el tono y estimular la producción de colágeno. Es ideal su aplicación por la mañana, para protegerte frente al daño provocado por los radicales libres y potenciar el efecto del protector solar.
Si de exfoliación de piel se trata, los AHA (como el ácido glicólico o láctico) y los BHA (como el ácido salicílico) son perfectos para este fin.
Los AHA eliminan las células muertas y mejoran la luminosidad, mientras que los BHA penetran en los poros y permiten controlar el exceso de grasa, evitando imperfecciones.
La clave es muy sencilla, introducirlos gradualmente, para evitar mezclas innecesarias y que pueden resultar agresivas.
Ten en cuenta que, mezclar vitamina C con AHA o BHA en la misma rutina puede aumentar la sensibilidad en tu piel pues todos son productos con ingredientes ácidos.
Lo mismo podrá ocurrirte si combinas exfoliantes con retinol, crearás una combinación demasiado fuerte que puede terminar comprometiendo la barrera cutánea.
Puedes optar por usarlos alternando las noches. Es decir, dedicar una noche a los AHA/BHA y otra al retinol, permitiendo que la piel se recupere entre aplicaciones.
Por otro lado, el día es perfecto para combinar la vitamina C con el protector solar, así garantizarás que cada producto haga muy bien su trabajo sin interferencias.
Grábate en tu mente: Vitamina C de día. Exfoliantes y retinol de noche, pero noches separadas.
Además, si tu piel es sensible, debes comenzar usando cada producto una o dos veces por semana y poco a poco podrás aumentar su frecuencia, de acuerdo a la tolerancia que tengas con los mismos.
Nunca dejes de lado un buen hidratante, este siempre ayudará a reforzar la barrera de la piel.
Si combinas estos activos de manera adecuada, lograrás obtener una piel con más luminosidad, poros más limpios, reducción de arrugas y una textura más uniforme. Paciencia, constancia y uso diario de protector solar, deben ser tus mejores aliados, para lograr ver los resultados a mediano plazo.
