Cada vez son más los estudios que demuestran la relación directa que existe entre la manera como nos alimentamos y nuestro estado de ánimo. ¿Por qué? Porque la alimentación influye en los niveles de energía para nuestro cuerpo y a su vez en la salud mental.
Al igual que el resto del cuerpo, nuestro cerebro necesita de nutrientes para su buen funcionamiento y sí es cierto que muchos alimentos influyen para sentirnos más felices, concentrados e incluso tranquilos.
La respuesta es sencilla. El cerebro humano necesita neurotransmisores (serotonina, dopamina y neropinefrina) para regular estados de ánimo, el sueño e incluso el apetito. Estos compuestos dependen de nutrientes en concreto para su producción.
Adicional a lo anterior, un intestino saludable también influye en la manera como nos vemos y nos sentimos. El 90% de la serotonina del cuerpo se produce en el tracto gastrointestinal.
Los plátanos o bananos, son una fuente natural de triptófano, un aminoácido esencial que el cuerpo no produce y se debe obtenerse de la dieta diaria. Este aminoácido se convierte en serotonina en el cerebro, siento esta última un neurotransmisor que juega un papel crucial en la regulación del estado de ánimo, el sueño, el apetito, la digestión y otras funciones corporales.
Lo anterior se logra gracias al alto contenido de vitamina B6 que se encuentran en los plátanos. Un beneficio extra que tiene esta fruta, es que proporciona energía rápida gracias a su contenido de glucosa natural.
Con un mínimo compuesto del 70% de cacao, el chocolate negro es característico por tener compuestos como la teobromina, la cafeína y flavonoides, que estimulan la producción de endorfinas y serotonina, brindando una sensación de bienestar.
La recomendación siempre es consumirlo con moderación, para evitar el exceso de azúcar que puede tener este producto en su presentación comercial.
Pescados grasos como el salmón, las sardinas, caballa y arenque, tienen un alto contenido de ácidos grasos como el omega 3, que tienen un efecto antiinflamatorio y han demostrado efectos positivos en personas con depresión e incluso con ansiedad.
La recomendación de los nutricionistas es incluir pescado graso en la dieta, al menos dos veces por semana.
Las nueces, almendras, semillas de chía, linaza y girasol tienen una tripleta valioso de omega-3, magnesio y triptófano, que permiten la relajación del sistema nervioso y la regulación del estrés. Tan solo es necesario un puñado de estos frutos secos al día, para marcar la diferencia en tu estado de ánimo e incluso en tu energía.
La avena es uno de los cereales más complejos que le ayuda al cuerpo humano, entre otros beneficios, a estabilizar el azúcar en la sangre, evitando los picos emocionales que se pueden producir al consumir azúcares simples. Además de ayudarte a tener una buena digestión y salud intestinal, gracias a su alto porcentaje de fibra.
La vitamina B1, que también se encuentra en gran proporción en la avena, es conocida científicamente por su impacto positivo en el sistema nervioso.
Verduras de hojas verde como la espinaca, acelgas y kale, tienen un algo contenido de folato, una vitamina B fundamental para la producción de dopamina y serotonina. Es de resaltar que los síntomas depresivos están relacionados a deficiencia de folato.
Así mismo, al tener un alto contenido en magnesio, permite regular el azúcar en la sangre y a mejorar la salud digestiva.
Para lograr aprovechar mejor estos alimentos, es importante que tengas una dieta equilibrada y variada. La combinación de los nutrientes es clave para lograr los resultados deseados.
Evita los ultraprocesados, estos productos tienen exceso de azúcar, grasa trans y aditivos que pueden empeorar tu estado de ánimo.
Además, recuerda la hidratarte muy bien cada día. La fatiga y el mal humo tienen una alta relación con la deshidratación.
Siempre escucha tu cuerpo, si te sientes mal emocionalmente, posiblemente hay deficiencias de nutrientes y vitaminas, es decir, no te estás alimentando adecuadamente.