

Originarias de México y Guatemala, las semillas de chía se han ganado un lugar privilegiado en la alimentación saludable, gracias a la cantidad de nutrientes que le ofrece a nuestro cuerpo.
Es considerada una fuente poderosa de nutrientes, porque a pesar de su diminuto tamaño, la semilla de chía está compuesta con proteínas, fibra, antioxidantes, vitaminas y minerales. Además de calcio, magnesio, fósforo y potasio, esencial para la salud de nuestro sistema óseo y muscular.

Cada diminuta semilla de chía contiene ácidos grasos y omega 3, que permiten reducir el colesterol LDL o también llamado colesterol malo, así como los triglicéridos. Su consumo permite el aumento del colesterol HDL (bueno), permitiendo una mejor circulación sanguínea y una reducción considerable de enfermedades del corazón.
La semilla de chía tiene un alto contenido de fibra soluble, que la caracteriza por absorber hasta 10 veces su peso en agua, formando un gel que aumenta la sensación de saciedad. Es decir, que para aquellas personas que sufren para poder controlar el apetito, es una excelente opción, además de saludable.
Esa fibra también es importante en la salud digestiva de nuestro organismo. Al consumir chía, se favorece regularmente el tránsito intestinal y se está previniendo problemas como el estreñimiento. Además, lograrás un equilibrio de la microbiota intestinal.
Los antiguos guerreros mayas consideraban las semillas de chía como una fuente de energía duradera, esto gracias a la combinación de proteínas, carbohidratos de liberación lenta y grasas saludables, que convierte a este pequeño alimento, en el ideal para deportistas o personas que llevan un estilo de vida activo.
El alto contenido de omega 3 y antioxidantes que tiene la chía, beneficia en gran medida el funcionamiento de tu cerebro, ayudando a mantener la memoria, la concentración y a reducir la inflamación neuronal.

La semilla de chía es conocida por su versatilidad culinaria. Puedes incorporarla en batidos, en yogures, a ensaladas, panes y hasta postres o simplemente mezclarla con un poco de agua o jugo y comer el famoso pudding de chía.
Además, una de las características más importantes de la semilla de chía es que no altera el sabor de los alimentos, adaptándose fácilmente a cualquier receta.
Anímate a incorporar en tu dieta diaria la semilla de chía, tu cuerpo te lo agradecerá.