Son varios los demógrafos que se atreven a asegurar, basados en sus conocimientos, que la población de los Estados Unidos se está envejeciendo.
Según un artículo de opinión escrito por Joseph Chamie, demógrafo, consultor independiente y exdirector de la División de Población de las Naciones Unidas, publicado en https://ipsnoticias.net/, «el país enfrenta el flagelo de una población envejecida que amenaza seriamente la prosperidad del país, su crecimiento económico y su posición internacional».
Asegura Chamie que en el país es evidente el aumento significativo de una población «adulta, improductiva, cada vez más costosa y dependiente del gobierno para su sustento y cuidado».
Para defender su opinión, el exdirector de la División de Población de las Naciones Unidas se basa en los datos demográficos que habla de la edad promedio de los habitantes de los Estados Unidos, asegurando que para los años 50, la edad promedio estaba en 30 años. Sin embargo, en la actualidad, la edad que predomina en este país son los 40 años, proyectando incluso una edad promedio de 42 años para el 2050 y de 45 años para cuando esté finalizando este siglo.
Chaime hace también la comparativa con la edad promedio de uno de los países más poblados en África, Nigeria, donde se ha mantenido desde 1950 en 18 años y se espera que, para el 2050 esta edad promedio de los nigerianos esté en 24 años.
El demógrafo continúa expresando pruebas para su opinión, indicando que para 1950, la población anciana (es decir, mayor de 65 años) en los Estados Unidos, era del 8%. Sin embargo, en la actualidad esta población ya representa el 18% de la totalidad. Asegura que para el 2050 se espera que uno de cada cuatro estadounidenses sea una persona anciana.
«Se prevé que el número de personas mayores en Estados Unidos aumente de los 60 millones actuales a más de 80 millones para 2050. Asimismo, el número de estadounidenses de 85 años o más se duplicará en las próximas décadas. Aún más preocupante, se estima que la cantidad de personas de 100 años o más se triplicará para mediados de siglo».
Según el demógrafo Joseph Chamie, el alto costo de servicios esenciales como la salud ha provocado una reducción de la «fuerza laboral, presiones financieras insostenibles que rozan la insolvencia, mayores demandas de costosos cuidados a largo plazo y asistencia financiera, menor innovación y menos creación de nuevas empresas, reducción en la adopción tecnológica y una desaceleración en la economía del país debido a la disminución del gasto de los ancianos».
Así mismo, Chamie asegura que «como han advertido reiteradamente los principales economistas del país, el gasto del gobierno en estos programas socialistas para los ancianos es una terrible inversión económica para Estados Unidos. El ROI del gasto público debe ser positivo».
Y va más allá sugiriendo que «En lugar de desperdiciar los dólares de los contribuyentes en la población mayor, estos fondos deben invertirse en los jóvenes estadounidenses, quienes participarán con entusiasmo en la fuerza laboral. Esa inversión fortalecerá la economía del país y garantizará su primacía en el mundo».
Recordó además la baja natalidad que está teniendo el país, siendo este un factor importante para que cada vez la población de los Estados Unidos se envejezca más. «La causa fundamental del flagelo de una población envejecida en Estados Unidos es la baja tasa de natalidad. Y la baja tasa de natalidad en el país se debe a que las mujeres estadounidenses eligen tener pocos o ningún hijo. Lamentablemente, la tasa de fertilidad en Estados Unidos ha colapsado, pasando de casi cuatro nacimientos por mujer en 1960 a aproximadamente 1,6 nacimientos por mujer en la actualidad. Este nivel de fertilidad está muy por debajo del nivel de reemplazo necesario, que es de aproximadamente dos nacimientos por mujer».
Finalmente indicó que «Para detener y revertir la propagación de este terrible problema, se debe tomar decisiones que devuelvan a Estados Unidos la maravillosa, joven, productiva y enérgica población de su pasado reciente».
