Es inevitable sentir dolor, tristeza y soledad, cada vez que nuestros hijos parten de casa, pero es una etapa de nuestras vidas, como madres, que debemos aceptar.
Se dice que una mujer no vuelve a ser la misma después de ser mamá, y es real, existe un antes y un después.
Es un cambio positivo, que nos convierte en mujeres más sensibles, protectoras, fuertes y hermosas. Dedicamos nuestro mayor tiempo al bienestar de nuestros hijos y dedicamos nuestros mayores esfuerzos por su futuro.
Los años pasan y nunca nos preparamos para ese momento en el que ellos, también deben salir de casa y hacer su propia vida, cumplir sus propios sueños, enfrentar sus propios retos.
Sus partidas de casa dejan un vacío muy grande, no solo en el hogar, sino también en nuestros corazones. Es el momento de aprender a aceptar que ya nuestro tiempo, no tendrá que dividirse en su cuidado y el nuestro, que volvimos a tener ese espacio para nosotras mismas.
Es un cambio que, en muchas oportunidad, produce sentimientos muy fuertes que debemos aprender a afrontarlo. Por eso, a continuación, te damos algunos tips para aprender a afrontar la partida de casa de tus hijos.
En primer lugar, es importante que aprendas a aceptar y honrar tus emociones. Sentir tristeza, vacío o incluso ansiedad, es completamente normal. Permítete llorar, recordar momentos especiales juntos, expresa estos sentimientos con alguien, bien sea tu pareja o amigos. No reprimas tus emociones y acepta que tu hijo partió de casa para hacer sus propios sueños realidad.
Es fundamental que aprendas a reconocer que su partida de casa hace parte de su crecimiento como hombre o mujer. Ese distanciamiento físico es tan solo un paso normal de su vida y desarrollo, que como padres debemos aceptar. No habrá satisfacción más grande que ver a tu hijo feliz, cumplir sus sueños, creciendo como profesional, siendo independiente y creando bases de su propio futuro.
En este punto, es importante que logres tener una comunicación constante con tu hijo. Que tengan espacios para hablar de su nueva etapa, bien sea por mensajes, llamadas o videollamadas. Lo anterior, aprendiendo a respetar su tiempo, su espacio y su privacidad. Aprende a escuchar con atención como ha sido esta etapa para él o ella. Recuerda que no solo tu estás sintiendo emociones nuevas, tu hijo también.
Ahora, sin él o ella en casa, es momento para que dediques más tiempo a ti misma. ¿Recuerdas cuando era un recién nacido y querías tiempo para ti?, bueno, ese tiempo ha llegado. Quizá ya no lo quieras, pero te será muy emotivo volverlo a sentir.
Al cambiar tu rutina, podrás restructurar tus actividades diarias. Es momento de hacer eso que tanto te gusta en tu tiempo libre, bien sea leer, escuchar música, salir a dar un paseo, practicar el deporte que tanto te gusta o aprender algo nuevo. Enriquece tus días con conocimientos nuevos.
Reorganiza tu hogar. Tu casa sin tus hijos suelen sentirse sola, vacía, es momento de hacer cambios que te permitan sentirte feliz, cómoda. Redecora espacios, eso te permitirá aceptar el cambio que estás enfrentando.
Ahora bien, sin hijos en casa, es momento para fortalecer tu relación de pareja o relación familiar. Si convives con tu pareja, redescúbranse, fomenten la comunicación, hagan planes juntos, disfruten de su compañía mutua. Si vives sola, busca apoyo familiar o con amigos, personas cercanas a ti con quien puedas compartir tus emociones en esta nueva etapa de tu vida.
Es importante que no caigas en la sobreprotección con tu hijo. No es sano ni para ti, ni para él o ella, que pretendas seguir cuidando y guiando todos sus pasos. Respeta su espacio y autonomía. Confía en sus capacidades para enfrentar nuevos retos. Este es el mejor acto de amor que puedes darle silenciosamente.
Si es necesario, considera la visita con un profesional de la salud, que te permita, a través de terapias, adaptarte a esta nueva etapa de tu vida.