Nuestras mascotas, más que animales de compañía, se convierten en parte de nuestra familia. De ahí la importancia de cuidar siempre de su salud.
Una de las tareas más importantes, que como dueños tenemos con nuestras mascotas, es saber identificar cuando están bien y cuando no.
Y aunque no lo creas, el estrés es una enfermedad que también puede afectar a tu mascota. Detectarlo a tiempo marcará la diferencia.
Son varios los signos que podemos identificar. En primer lugar esta los cambios en el comportamiento de nuestra mascota.
Los animales suelen mantener rutinas estables. Por eso, cualquier cambio en su rutina diaria, debe ser un primer signo de alerta.
Muchas de nuestra mascotas comienzan a experimentar aislamiento o apatía, agresividad repentina, hiperactividad o inquietud e incluso cambios en la interacción.
Si presenta cambios en su manera de alimentarse, también debe ser un alarma. La comida es el termómetro que nos dice que tan bien o no están nuestras mascotas. Tanto gatos como perros suelen tener patrones regulares en su alimentación e incluso en la manera como se hidratan.
Si tu mascota pierde el apetito y rechaza incluso su comida favorita, o por el contrario, presenta aumento excesivo de hambre e incluso sed y eso lo acompaña con vomito o diarrea, es un signo claro que algo no está bien.
Las señales físicas también comienzan a ser notorias cuando tu mascota está sufriendo de estrés. Signos como afectaciones en su piel y pelaje, en sus ojos, orejas, nariz, boca y encías, es un signo físico que debe alertarnos sobre la salud de nuestro amigo fiel y una razón de peso para llevarlo al veterinario lo más pronto posible.
Pero esto no es todo, nuestra mascota también puede comenzar a tener cambios en sus hábitos fisiológicos, como orinar o defecar en lugares inusuales, hacer esfuerzo al orinar o defecar e incluso tener alteraciones en el sueño, bien sea dormir mucho o presentar insomnio.
Finalmente su lenguaje corporal y la manera como se comunica con nosotros, nos terminará de indicar si algo no está bien con nuestras mascotas. La postura encorvada o rígida, las orejas hacia atrás o la cola entre las patas, lamerse excesivamente o presentar una respiración agitada, nos debe alertar que algo no esta bien.
Además de las enfermedades físicas que puedan experimentar a lo largo de su vida, las mascotas puedes sentir estrés por varios motivos:
Lo importante siempre es nunca ignorar estos signos. Observa y registra cada cambio presentado y la frecuencia en la que los ha tenido. Nunca dejes pasar nada, por leve que parezca.
Además, lo más importante siempre será consultar con tu veterinario de confianza e incluso cuidar el entorno en el que está tu mascota. Asegúrate siempre que tengan un espacio seguro, juguetes, compañía y una rutina predecible.
